IMPROVISACIÓN EN LA ORATORIA

Antes de hablar de la improvisación, es importante definir qué se entiende por oratoria.

La oratoria es, de acuerdo a algunos autores, el arte de hablar con elocuencia, y con un propósito exclusivo, ya sea de persuadir, informar, convencer, etc. La oratoria bien expresada y orientada puede surtir un efecto en la mente y en las acciones de quién la emite y de quiénes la escuchan. Se ha dicho con frecuencia que un orador nace y se hace. Puesto que hay personas que por naturaleza tienen la capacidad de hacer uso de los actos de habla con el propósito de influir en los demás. Y en la medida que se preparan en este arte,  ejercen mayor autoridad.

De acuerdo con Barrios (2011), en  términos generales, improvisar es hablar de forma libre sobre el tema sobre el cual se está lo suficientemente preparado. Una buena improvisación requiere: (a) Conocer lo suficiente el tema, es decir, prepararse intelectualmente con anterioridad; (b) No salirse del tema, mantenerse dentro del marco previo de preparación en cuanto a la introducción, cuerpo y conclusión del discurso; y (c) Disposición física  a través de la respiración, la relajación y una actitud mental positiva y (d) Buen humor, utilizando recursos y habilidades personales para generar sonrisas en el auditorio.

Ahora bien, cuando se habla de la improvisación, se quiere expresar la manera de actuar y hablar sin ningún tipo de preparación. En la oratoria, la improvisación no es hablar sin pensar, más bien es estar dispuesto, apto y listo para hacer frente al público en cuestión. Para ello, se requiere una excelente preparación y amplitud en cuanto al tema a desarrollar. Se podría decir entonces que al improvisar en un discurso, se debe echar mano de lo conocido para enfrentar lo desconocido, con destreza, dominio, pericia  y desenvoltura.

Hasta la improvisación en la oratoria es un arte,  que requiere preparación, experiencia, vocabulario y  habilidad para usar las palabras, las definiciones, desarrollar un esquema y establecer las relaciones de causa-efecto, pertinentes. No todos los improvisadores, son oradores; pero los buenos oradores, pueden improvisar en un momento dado con resultados favorables.

Qué  se requiere para que la improvisación en oratoria pueda surtir efecto?

Se requiere: La capacidad para ordenar las ideas y ajustarlas a la audiencia y al momento. El vocabulario adecuado, empleando sinonimias y revistiendo el lenguaje sin abusos o vicios. La coherencia lógica de la presentación de las palabras y oraciones, sin caer en la repetición de vocablos, ideas o planteamientos. Finalmente, el conocimiento del tema y las diversas maneras de ser presentado juegan un papel preponderante al momento de improvisar.